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Osho Siddharth viene a España

Haces meditación porque sabes que es algo bello y además te sienta bien, ¡has tenido tantos momentos buenos con ella! Has vivido momentos de gran lucidez y amor, que te han aportado un gran entendimiento de tu propia naturaleza y de la naturaleza humana en general.

Eres un amante de la meditación, pero, por otra parte, también uno percibe que frecuentemente se instala en esa práctica una especie de desgana, una especie de sinsentido… en la que se barrunta una falta de dirección, un aburrimiento que viene a ser una sensación de atasco, de no ir a ninguna parte; sobre todo cuando uno ve que en la cuestión esencial de la vida no se da un avance: la propia sensación de plenitud vital, de estar alegre porque si. Uno hace sus esfuerzos, dedica tiempo, medita muchas horas, casi a diario durante años; pero no es una cuestión de tiempo… ni de técnicas nuevas… ni de traumas pasados… uno rebusca en una caja en la que no se puede encontrar lo que falta, porque eso ya está aquí-ahora, aunque uno no sabe como sintonizarse con ello…

Falta en la propia meditación una chispa, esa chispa que se siente en la presencia de un místico, de un maestro vivo; en la cual todo tiene un profundo sentido… Con un maestro vivo las ganas de mirar dentro poseen el corazón de uno con una pasión refrescante y dichosa. Uno disfruta la meditación, se disfruta a uno mismo. La exploración tiene un sentido, una dirección, está implícita en cada gesto una sensación de arraigo, de estar en el camino.

Así pues, en la propia meditación ha habido y a veces hay unos momentos fantásticos… pero uno no sabe como hacer que esos momentos vengan más frecuentemente y le llenen a uno en cuerpo y alma con esa sensación de re-energetización, de alegría, de ingravidez, de novedad, de amor, de luminosidad, de espacio, de ganas de expandirse… Eso es Samadhi; para ello hay una serie de claves, un aprender a identificar, a situarse, todo ello en la presencia y con la guía de un místico, o sea, de alguien que conoce la naturaleza de esa clase de bienestar, de ese “burbujeo” del alma.

En Oshodhara, con la guía de sus maestros y profesores, se hace este trabajo. Es una buena oportunidad para salir de esa situación en la que estás, y avanzar en tu meditación en la nueva dirección: Samadhi. Actualmente los maestros de Oshodhara han diseñado un camino con 21 pasos, que desvelan los diferentes aspectos de la subjetividad.

Estos veintiún pasos a dar en veintiún cursos no son niveles en el sentido escolar. Son, muy al contrario, veintiún claves de un potencial innato que está dentro de uno esperando ser mirado y sentido por el propio individuo, para poder ser descubierto y actualizado. Hay tanto y es tan poco lo que uno tiene que hacer… tan sólo el ego se tiene que poner a un lado para permitir que la propia consciencia se descubra y se manifieste… Eso sí, uno necesita el ambiente y la guía adecuada…


jueves, 30 de septiembre de 2010

LA ACTITUD DEL TESTIGO

LA ACTITUD DEL TESTIGO.


   Había un fakir sufi de nombre Hassan. Un día cuando iban en bote su discípulo dijo: “Que haya alegría lo entiendo, porque Dios es nuestro padre y es cosa natural que dé alegría a sus niños; pero la pena, ¿por qué la infelicidad?
   Hassan no contestó pero empezó a remar el bote con un solo remo. El bote empezó a girar en círculos. “¿Qué haces? Gritó el discípulo. ¡Si remas con un solo remo nunca alcanzaremos la otra orilla, permaneceremos girando y girando en este punto. Se ha roto el otro remo o es que te duele el brazo. Déjame remar el bote!
   Hassan respondió: “¡Parece que eres un tipo más listo de lo que pensaba!”.
   Si solo hay alegría, el bote se moverá solo en círculos y no llegará a ninguna parte. Para que funcione, el opuesto es también necesario. Un bote se mueve con dos remos, el hombre camina con dos pies y dos manos son necesarias para trabajar. En la vida necesitas el día y la noche, la alegría y la pena, nacimiento y muerte; si no el bote continúa girando y girando sin llegar a ninguna parte.
   Cuando una persona comienza a percibir correctamente sabiendo que El (Divinidad) está en todo, él está lleno de gratitud; incluso cuando viene la pena él la acepta contento. Entonces tú aceptas la alegría y la pena de la misma manera, entonces la alegría ya no es alegría ni la pena es pena, la línea que las divide desaparece. Cuando comienzas a mirarlas de manera imparcial, tu apego a la alegría y tu rechazo al sufrimiento se rompen y tú permaneces separado, libre de ambas, habiendo llegado a la actitud del testigo.
   Entonces te liberarás de la pena y traerás alegría a tu casa.
                                                             Osho “The True Name”. Capítulo 3. Página 81.